"En la UE estamos preparados para el brexit"
Laura Rahola, jefa de prensa de la Comisión Europea, intenta aclarar las dudas sobre el brexit que no paran de surgir.
El pasado miércoles 29 de marzo la primera ministra británica Theresa May comunicaba oficialmente al Consejo de la Unión Europea la decisión del Reino Unido de quedarse fuera de Europa. Desde entonces, las noticias sobre el tan polémico brexit se sucedían dejando una hilera de preguntas a su paso. ¿Qué consecuencias va a traer esta decisión? ¿Qué pasa con los europeos que viven en el Reino Unido? ¿Y con los británicos que viven en otros estados europeos? La incertidumbre sobre una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea ha estado presente desde la realización del referéndum en verano. Ahora que el brexit se ve más cerca que nunca, las dudas aumentan.
En la mañana del martes, me disponía a dar respuesta a todas mis preguntas sobre el tema estrella de los últimos días visitando la Delegación de la Comisión Europea en Passeig de Gràcia. Allí, asistiría a una rueda de prensa de Laura Rahola, jefa de prensa de la Comisión Europea. A las nueve de la mañana en punto mis compañeros de la facultad de periodismo y yo ya nos encontrábamos dentro del edificio, donde en seguida apareció nuestra conferenciante. Antes de comenzar a hablar, Laura repartió un documento en el que se explicaban las bases del artículo 50 del tratado de Lisboa, ese en el que se explica que todo estado miembro puede solicitar su salida de la Unión Europea cuando lo desee, y el procedimiento a seguir ahora que esto había sucedido. Según este documento, podían pasar dos años hasta que el brexit fuera plenamente efectivo.
Para mi sorpresa, la jefa de prensa de la Comisión Europea se limitó a transmitir un mensaje perfectamente estructurado que apenas duró quince minutos. “Des de la Unión Europea se lamenta la marcha del Reino Unido pero estamos preparados para el procedimiento que comienza”, fue lo primero que dijo. A continuación, Laura Rahola quiso dejar muy claro que la prioridad de la Comisión serían los ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido primero, y, en segundo lugar, los británicos residentes en estados miembros de la UE que, de hecho, suman más de cuatro millones y medio de personas. El objetivo, declaró, sería “reducir la sensación de incerteza y negociar un acuerdo beneficioso para ambas partes”. Por último, la conferenciante concluyó su mensaje dejando claro que la Unión Europea espera “mantener una buena relación con el Reino Unido y que este sea un socio prioritario y preferente en el futuro”.
“¿Y ya está?”, fue lo primero que pensé. Nada sobre consecuencias, nada sobre riesgos…Mi curiosidad no estaba satisfecha, pero para eso estaba el turno de preguntas. El primer tema en surgir fue, evidentemente, las dudas sobre consecuencias económicas que podría traer el brexit. En este sentido, la respuesta de Rahola fue algo abstracta: “Habrá cambios. Buscaremos el bien de todos pero evidentemente no tendrá los mismos beneficios mercantiles un estado miembro que alguien que no forma parte de la Unión”, declaró.
Otra de las preocupaciones más generalizadas era la de un posible “efecto contagio” hacia otros estados miembros. Sin embargo, Laura aclaró que la Comisión no se plantea “en absoluto” que exista esta posibilidad. “Los eurobarómetros muestran un repunte de la confianza de los ciudadanos en las instituciones tras unos años en los que somos conscientes que la opinión pública sobre la UE se había deteriorado”, afirmó. Además, hacía autocrítica reconociendo que la Unión “no lo ha hecho todo bien y ha creado opiniones diversas”.
Aunque la conferenciante intentó esquivar el tema de todas las maneras posibles, la incertidumbre sobre la situación de los refugiados sobrevolaba la sala. “Este no es el tema de la conferencia”, repitió Laura Rahola en más de una ocasión. Sin embargo, finalmente respondió a la insistencia de los allí presentes. Explicó que la Comisión Europea propuso después de la crisis un sistema de acogida en unas cuotas que los estados miembros aprobaron, pero que, como todos sabemos, finalmente no se están aplicando. “Nos está costando que cumplan con las obligaciones que ellos mismos adquirieron pero cada mes publicamos datos sobre los refugiados que cada país ha acogido y recordamos a los estados su implicación”, aseguró. Más allá de eso, aclaró que la Comisión no tenía instrumentos para actuar como organismo sancionador. En cuanto al Reino Unido, no participó en la política europea de asilo y por lo tanto, según Laura, “las cuestiones respecto a sus refugiados no dependen de la UE”.
Para acabar, Laura Rahola aclaró que la agenda futura de la Comisión Europea no sería solo el brexit, sino que el objetivo sería reforzar la unión de los estados miembros. El Reino Unido será miembro de la Unión hasta que no se llegue a un acuerdo y, este, según explicó Rahola, tendrá que ser aceptado por “un 72% de estados miembros que represente un 65% de la población”. Pero, “¿y si no se llegase a un acuerdo?”, se me ocurrió. En ese caso, en un plazo de dos años simplemente se dejarían de aplicar los tratados en el Reino Unido.
Finalmente, salí del edificio de la Delegación de la Comisión Europea sin tener muy claro si mis dudas se habían resuelto. El brexit había creado un sentimiento generalizado parecido al pánico hacia lo desconocido. Algo semejante a lo ocurrido con la victoria de Donald Trump. Paseé rumbo al metro de Provença con esa comparativa en la cabeza y solo conseguí que mi preocupación creciera. Ojalá esta vez sea diferente.
